Muchas veces vivimos encerrados en costumbres, hábitos adquiridos que asumimos sin cuestionarlos. Dentro de una rueda de hámster, caminando y corriendo sin llegar a ningún lugar. Consumiéndonos y entreteniéndonos sin obtener ningún fruto. Obsesionados con llegar a lo más alto, más lejos, hasta el final. Y puede que no acabe nunca esta carrera. Puede que cuando llegues a la cima descubras que sólo es un escalón más y sigue habiendo nuevas cimas que alcanzar. Puede que también descubras que no era allí donde pensabas llegar, o finalmente no es allí donde quieres estar.
Por ello, no esperes hasta llegar a lo más alto de la escalera para descubrir que se apoya en el muro equivocado. Párate, piensa dónde se apoya, dónde crees que te lleva y si realmente quieres llegar allí. Por si acaso, disfruta el trayecto, La felicidad es una elección :)
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